Si se cambia el parámetro de la rentabilidad, las cooperativas eléctricas tendemos a desaparecer

Un duro diagnóstico realizó el presidente de la Federación de Cooperativas Eléctricas (Fenacopel), Manuel Bello, respecto de los cambios que está impulsando el Gobierno con la ley corta en el sector de distribución eléctrica.

El representante gremial, que asumió hace poco más de un mes, indica que la baja en la rentabilidad que propuso el Ejecutivo —con bandas que van de entre un 6% y 9% después de impuestos—, hará que las firmas no sean sostenibles en adelante, por lo que aún guardan esperanzas de conseguir una diferenciación real respecto de las grandes empresas de distribución.

“Si se cambia el parámetro de la rentabilidad, nosotros tendemos a desaparecer”, advierte Manuel Bello, quien también es presidente de Copelec, una de las siete firmas de este tipo que existe en el país.

Según indica el ejecutivo, más allá de la posible desaparición de estas empresas, también se verían otros daños colaterales. “Este no es un problema solamente para las cooperativas, es un problema que se le genera al Estado de Chile y a las regiones. ¿Quién se va a hacer cargo de este servicio? Porque si tú lo miras, es un servicio que tiene que rentar, pero también es un servicio social”, afirma.

Desde Fenacopel sostienen que el negocio que ellos impulsan es totalmente diferente al tradicional, con una rentabilidad que ronda el 2%, con una cartera de clientes que está mucho más dispersa que las firmas que operan en los grandes centros de consumo. Se estima que estas empresas tienen entre 3 y 7 socios o clientes en un kilómetro, mientras que en la industria el promedio sería de 120.

“Es una tremenda diferencia, y nosotros estamos desplegados en las zonas más rurales, más extensas, más alejadas, donde nunca va a ser rentable para la industria poder energizar a esas personas. Esa es una de las tremendas diferencias que nosotros tenemos”, comenta Bello.

En cuanto a la ampliación que impulsa el Gobierno respecto de las áreas típicas, también sostiene que tiene que perfeccionarse. Esta denominación la entrega la Comisión Nacional de Energía (CNE), que agrupa a todas las distribuidoras en función de aquellas que tienen costos medios similares, el cual además es un cálculo teórico; quedando así las cooperativas mezcladas en los mismos grupos con las empresas distribuidoras.

“De cada grupo, se elige una empresa de referencia, y en base a esa, se establece una tarifa para todo el grupo. Así, las tarifas de las cooperativas quedan fijadas en base a empresas distribuidoras, que no representan la realidad de las cooperativas”, comenta Bello.